Fue sólo porque yo salí a andar a por cigarrillos y a deshoras, y con todos los quioscos cerrados tuve que agarrar calle principal arriba y ahí apareciste.

La primera vez que te vi ya sabía que no tenía que acercarme. La segunda nos cruzamos ambos secundados por par secuaces y era de saludar y quedarse a conversar, y porque además se preguntó por mí, pero no me quedé porque me cerraban la lavandería… y porque además conozco el comportamiento de mi gente cuando pinta apareamiento.

Pero al poco rato tuviste que volver a aparecer y ofrecerme esos cigarrillos que me faltaban, que tampoco tenías pero que los conseguías. Y me preguntas que para dónde voy o para dónde vamos y nos metemos a la peña y nos bailamos todo. Y que te acompañe al baño y recién empezando me sales con que no, con que ya no, con que no te sientes bien, con que cuando me viste pensabas que sí pero no y con que mejor te vas. Y te vas nomás. Y yo que ni me había acercado ni empecé el jueguito y sólo metí ¿porque era casi todo seguirte nomás por qué tengo que quedar como dos de queso? ¿Y lo hablado y lo bailado?

Y no puedo dormir. Y no tengo cigarrillos.

Pajazos molestos.

2 comentarios:

Julieta dijo...

experiencia norteña seguramente, probablemente experiencia de muchos otros pagos también, más con ese tinte rayuelistico que ya se ha comprobado pinta lindo en los puentes de París.
¡cómo se extraña!
me abriste la escritura de mis aventuras, están acelerando contra la linea de largada, pero antes me respetan dejar un gracias por acá.
gracias.

criollan brothers dijo...

provecho

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