asheléén


Esas hembras que gustan de encaletarse variedad de objetos entre las tetas, cosa que a la hora de la sabrosura toque abrirse paso entre billetes, llaves, boletos de transporte, caramelos y mecatos, monedas, gasas, cigarros armados de toda clase, servilletas y papel higiénico, productos cosméticos, pilas, ganchos y kits de costura, armas blancas, curitas, preservativos, cuchillas de afeitar, fósforos, jeringas, pastillas, fotos de documento o los propios documentos (o en su defecto esas fichas / escarapelas de visita por las que fueron empeñados - olvidando revertir el trámite- algunas enganchadas accidentalmente)...
Algunas incuban huevos de otras especies, germinan en otras semillas diversas, otras han sido dinamitadas por el ejército enemigo ante la sospecha de arsenal itinerante... o es sonado el caso de la señora que olvidó unos granos de maíz, totiando estos inesperadamente ante la fricción de particular ungüento...

La población lactante ha expresado reiteradamente su malestar, aduciendo impurezas en la leche, secreciones ácidas y pisquero en los pezones. Amantes hay, sin embargo, que parecen disfrutar con la variedad de sabores y aromas de la amada, o bien con las efigies y grabados que sobre la superficie del pecho plasman monedas y llaves, por ejemplo.

Parecen que asimismo hay gente que hace lo propio entre calzones y calzoncillos, con efectos análogos, pero con el riesgo de que los objetos se vayan por alguna raja o agujero, tornándose irrecuperables, aunque eso sí verificables por casi cualquier penetración.

Sobre ese particular, se conocen pronunciamientos por parte de la población amante, pero no de la lactante.

“Puede contener trazas de pucho, fósforo, confort y/o yogur" 

No hay comentarios:

Etiquetas