Al lado oscuro de tal artista 
y al luminoso de tal policía.
A la izquierda fascista. 

A propósito de anonimatos, ya que mucha gente ha preguntado últimamente:

A la gente de un país casi nunca le importa el origen de sus historias. Nunca a nadie le da por preguntar de dónde salen las cosmogonías que explican su cultura. El saber popular es el saber popular y es el más sabio y no hay más vueltas qué darle, y para épocas nefastas de bloqueos artísticos y problemas legales por derechos de autor ya han tenido demasiado varios países.

Pero en uno una vez pasó que una comisión o cofradía académica arrancó a joder con que casi todas las historias y mitos del folk-lore del país eran sospechosamente parecidas entre sí, de tono similar así trataran de temática diversa, o sea que debían ser obra de una sola "entidad creadora" (obsérvese el nombrecito, lo que es no tener nada qué hacer), o por lo menos de un círculo de esas entidades creadoras, o de la misma “escuela”, ésas nombres que les ponen… Y que entonces dizque había que descubrir quién -o quiénes- habían sido.

Las leyendas, que eran de primer nivel, propendían por el bienestar de la nación en tanto el de cada uno de sus habitantes: poco miedo, nula represión, cero fascismo, adiós dioses castigadores, full carnaval, vía libre al aborto guéi (sic), etc. Se podría decir que era una de las mejores mitologías nacionales (y eso que a las mitologías eso de las naciones como que...)

El caso es que el parche este con su investigadera joda y joda hasta que creyó encontrar algo… y desde ahí no volvieron a molestar con el asunto. ¿Qué pasó?

Dicen que al parecer la autoría de la totalidad de la cosmovisión nacional terminó "recayendo" (¡gózate el verbo!) nada más ni nada menos que en la junta militar que tuvo a su cargo las desapariciones y torturas más atroces –recordarlas otra vez, pa´ qué-, y como que fue en esa misma época que se confeccionó todo el material mitológico, y no necesariamente en tiempos de carnaval, como para que no se dijera pues que...

Como que el rigor investigativo era tal que no permitía casi margen de error a los datos "por la pesquisa arrojados" (seguimos gozando), o sea que la cosa era de no te lo puedo creer, porque siempre se ha hablado de como hay gente que echando el cuento es toda simpática pero luego ni saluda, pero nunca al revés. ¿Gente mal nacida, malcriada, malherida con un lado tierno, buena onda? No no no no no.

Entonces el asunto ahí vuelve a ser: al fin qué: mejor saber, o no saber; seguir odiando con todo, o más o menos…

Por eso como que nunca se ha publicado nada de eso. Y dizque ha pasado en más de un país...


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